Mañana celebramos la Solemnidad de la Asunción de la Virgen María. Este es el último dogma referido a Nuestra Madre, definido por S. S. el Papa Pío XII el 1 de noviembre de 1950, en la Constitución 'Munificentisimus Deus'.
Esta fiesta de la Virgen ya era celebrada por la Iglesia desde antiguo, aunque no se vio la necesidad de definir esta verdad de fe. Además, es muy importante por dos motivos: el primero es que la Virgen, por no haber conocido pecado, no tiene como destino la muerte, sino que Dios quiso concederle la Redención de manera anticipada, pudiendo estar en el Cielo en cuerpo y alma. A diferencia del Señor que ascendió, la Virgen es Asunta, una elevación desde arriba, ya que no es iniciativa suya, sino del Señor.
El otro motivo importante es que con esta verdad Dios nos alienta mostrándonos cuál es nuestro destino: gozar plenamente de la presencia del Señor, la Virgen y la compañía de los Santos. Lo que se hace realidad en la Virgen es nuestra esperanza como cristianos. Ella, la cristiana por excelencia goza ya de manera anticipada de lo que espera la Iglesia.
Por ello tenemos que alegrarnos y seguir al Señor con fidelidad, sabiendo lo que nos espera. Somos ciudadanos del cielo, y peregrinamos en este mundo hacia el Padre, teniendo por estandarte a la Virgen, que nos anima a seguir sus pasos para alcanzar lo que Ella, el Cielo.
Vive esta Solemnidad con nosotros. Recuerda que es día de precepto, y celebraremos la Eucaristía mañana 15 de Agosto a las 20:00.
¡¡Feliz día de la Asunción de la Virgen!!
Antonio Luis Sánchez Álvarez, párroco.