Vigilad,
con los sentidos alerta. Así se nos invita a vivir este tiempo, con
los sentidos alertas, especialmente los sentidos de los que menos se
habla, esos que son de dentro y permiten captar las cosas más
importantes de la vida.
Vivir
despiertos y despertándonos, ponernos de pie ante la vida, tener
alerta los sentidos, mirar
al mundo y a los demás con detenimiento, ver un poco más allá de
lo que estamos acostumbrados.
Vivir
atentos a la realidad. Escuchar los gemidos de los que sufren. Sentir
el amor de Dios a la vida. Vivir más atentos a su venida a nuestra
vida, a nuestra sociedad y a la tierra. Sin esta sensibilidad, no es
posible caminar tras los pasos de Jesús.
Desde
lo más profundo de lo que somos y en el mundo en que vivimos, ¡toca
despertar!