domingo, 6 de diciembre de 2020

Adviento para asearse

 


Mc 1, 1-8

Al que prepara el camino al Mesías, Juan el Bautista, le toca barrer los caminos, quitar los obstáculos, limpiar y lavarse bien -es decir, cuidar al máximo las medidas higiénicas en esta pandemia-, arreglar la senda para que se pueda transitar sin dificultad. Copiémonos de Juan. Vayamos detrás de él con la segunda vela de Adviento, intentemos prender luz de la llama de su profunda fe que acelera el tic-tac de nuestro reloj peregrino.

¡Pongámonos en camino, con ánimo, incansablemente! Merece la pena el esfuerzo. No podemos quedarnos parados. Con el Bautista aprendemos a no ser protagonistas, sino servidores, gente que señala dónde está Belén, dónde está el misterio del Dios que se encarna y se hace pobre para compartir nuestra vida. La esperanza del Adviento nos impulsa, es dinámica, no se puede quedar quieta. ¡Adelante!

Dibu: Patxi Velasco Fano

Texto: Fernando Cordero ss.cc.

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