El Año litúrgico
empieza con el Tiempo de Adviento: tiempo estupendo en el que se despierta en
los corazones la espera de la vuelta de Cristo y la memoria de su primera
venida, cuando se despojó de su gloria divina para asumir nuestra carne mortal
(Benedicto XVI. Mensaje de Adviento 2011)
El
Adviento es un tiempo especial de gracia y de una invitación a reconocer las
“Venidas del Señor”.
a) El Adviento es un tiempo para “RECORDAR”: El Señor vino y
“acampó entre nosotros”. Cuando nosotros hoy celebramos el Adviento y centramos
nuestra mirada en la espera y la preparación de la venida de Jesús, quiere
decir que miramos hacia atrás, hacia aquel acontecimiento transcendental y lo
queremos revivir con toda la intensidad.
En
Adviento nos preparamos para celebrar este hecho decisivo: Dios se ha hecho
hombre, Dios ha venido a vivir nuestra misma vida, Dios ha entrado en nuestra
historia y ha abierto un camino de liberación, Dios ha hecho suya nuestra
debilidad. Para poder celebrar intensamente este hecho decisivo, lo que la
Navidad significa, tenemos que despertar en nosotros una actitud de espera, de
deseo de la venida del Señor.
b) El Adviento es un tiempo para “CELEBRAR”: El Señor viene
en la Iglesia por medio del Espíritu Santo.
c) El Adviento es un tiempo para “ESPERAR”: El Señor vendrá al final de
los tiempos en el que Dios será todo en todos.
¡¡¡VEN, SEÑOR JESÚS!!!
Extraído de http seducidosporjesus.blogspot.com
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