Este miércoles las palabras de
Jesús “dejad que los niños se acerquen a Mí” cobraron su sentido más estricto.
Los más pequeños de nuestra parroquia, un grupo de niños que están en primer
año de preparación para la catequesis, tuvieron un encuentro con su amigo
Jesús. Todos los miércoles, los diferentes grupos de preparación para la
Comunión, tendrán la oportunidad de participar en los Oratorios.
Ciertamente cuando nos encontramos cara a
cara con Dios, los rostros y las personas se transfiguran. Nuestro Sagrario se
convirtió en el monte Tabor, y las caras y el corazón de todos los que
participábamos del Oratorio expresaban la alegría del encuentro con Dios.
Nuestros niños han dado testimonio de
escucha y entrega a la Palabra. Sus caritas transmitían la ilusión y emoción
del encuentro con el amigo y la felicidad que proporciona experimentar la
relación íntima con Jesús.
Agradecemos a sor Ana que sea instrumento del Señor para propiciar el encuentro de nuestros niños con Él.