Este domingo, hemos podido
compartir de manera especial una Eucaristía distinta. Por un lado, celebrábamos
el Día de la Infancia Misionera, con nuestros niños como protagonistas que
quieren ayudar a otros niños y los mayores como testigos que intentamos
acompañarlos en este camino solidario de la mano de Jesús que hoy, de manera
especial, nos decía a cada uno "Sígueme".
Por otro lado, llevábamos a
nuestras mascotas, esas que cuidamos cada día, un pedacito del planeta que Dios
ha puesto en nuestras manos para disfrutarlo y convertirlo cada día en un lugar
mejor. Conmemorábamos así el Día de San Antón a la luz de las palabras del Papa
Francisco en su 'Laudato sí' , y, al final de la Eucaristía, nos acercábamos para
que fuesen bendecidas.
Nos sentimos en familia con
las Hijas de la Caridad que nos abrieron las puertas de su casa, los Scouts y cuantos acudieron para que todo estuviese listo. Pudimos vivir
el verdadero sentido de Comunidad en Cristo con uno de nuestros hermanos que
quiso estar presente entre nosotros en unos momentos muy difíciles para él y su
familia. Nuestra oración y todo nuestro
cariño y apoyo.