Danza alegremente y ofrece tu baile a Dios por las maravillas
que ha creado en ti.
Su luz te ilumina de tal manera que, a su paso, va creando
bellos colores que ensanchan tu corazón.
Él colorea con un pincel aquellas cosas que en tu vida aparecen
tenues y difusas.
Reflejos de color rojo para alumbran tu horizonte
ofreciéndote pasión por la vida y por todo aquello que realizas.
Un resplandor de claridad te ofrece la posibilidad de
recrearte en tu propia sombra dando gracias por todo lo que eres.
Tu danza, al borde de la montaña es un canto de alabanza al
misterio, al amor, a la libertad y al riesgo que supone danzar con Él y para
Él.
Nunca dejes de danzar con las aves del cielo, ellas acompañan
la coreografía de tu vida.
Encar_AM