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El quid de la cuestión viene cuando alguien descubre su mochila vital rebosante de objetos, ansias, prisas y vivencias que, engañosamente, se muestran como valiosos pero que no lo son tanto. ¡Y lo llena que parece estar esa vida! ¡Y lo vacíos que nos podemos sentir! Ojo con ese síndrome de Diógenes espiritual, donde el acumular sin ton ni son –sea lo que sea- embota los sentidos y no deja sitio para lo verdaderamente importante.
Extraído de pastoralsj