Leyendo el evangelio de Marcos de este domingo podemos encuadralo en la temática:
Jesús y la Ley.
De entrada unos
considerandos:
1º Preámbulo: Según
historiadores críticos, el contexto, en la época de Jesús era de pluralidad y
amplitud en la observancia de la Ley mosaica. No había uniformidad en su
interpretación. Tenemos constancia de muchos grupos, unos legalistas y
tradicionalistas, entre ellos los fariseos y otros no.
2º Preámbulo: El
texto está compuesto cuando ya las comunidades cristianas están en proceso de
separación definitiva del judaísmo. Sin duda hay reflejo en la elaboración de
todo el evangelio de esta oposición y del distanciamiento progresivo.
3º Preámbulo: En una
primera lectura, de entrada, Jesús aparece como transgresor de la Ley. Puede
ser que en este punto de la pureza ritual, Jesús así lo fuera.
4º Preámbulo: En el
conjunto de su vida, Jesús no fue un transgresor del judaísmo, sino un
interpretador de la ley (se trae a colación los textos proféticos de
Isaías). En algunos puntos rigorista,
como en el del divorcio, y en otros laxo como el de la pureza ritual. En
conjunto, Jesús fue un judio piadoso y observante de la Ley, aunque
relativizador de ella en algunos aspectos.
Entonces podemos considerar los siguientes puntos:
1º punto: Jesús, con
respecto a la legislación sobre la pureza ritual, fue al fondo de la cuestión:
la limpieza ha de ser del corazón.
2º punto: Para
nosotros, como pedagogía y aprendizaje son necesarias las normas y leyes.
3º punto: Para la
convivencia civil y religiosa son necesarias el mínimo de leyes para convivir
pacíficamente.
4º punto: Lo
fundamental de la ley es dejarse llevar por el Espíritu de Dios que habla
dentro de cada uno.
5º punto: En todo
caso, el Espíritu es el que ha de inspirar las normas y leyes.
6º punto: Por ello,
autonomía frente a heteronomía para conducirse como adulto en la vida
espiritual.
7º punto: La ley
fundamental es el amor.
Marcelino Sánchez sj