Continuamos
leyendo el relato de Marcos contemplando a Jesús ahora en la sinagoga de
Nazaret, su pueblo natal y de su familia.
Para
entender bien el relato hay que situarlo en el contexto: Jesús ha vivido con su
familia en su pueblo una serie de años, es bien conocido por todos, ha
trabajado como operario manual ganándose la vida como uno más de la comunidad
en un hogar familiar con sus padres y hermanos.
En un
momento determinado, en torno al año 28 ó 29 después de conocer el movimiento
de Juan en el desierto de Judea y de ser bautizado por él se ha lanzado con un
grupo de amigos "incondicionales" a predicar la llegada del "Reino
de Dios".
Se ha
desarraigado de su familia y ha dejado su pueblo y su trabajo. Vive pobremente
de la mendicidad y de la generosidad de algunos amigos incondicionales.
Para una
sociedad tradicional patriarcal judía tan fuertemente religiosa, Jesús ha
ofendido el "honor familiar", del clan e incluso de todo el pueblo al
vivir como lo hace. No le entienden. Les escandaliza.
Por ello
podemos considerar los siguientes puntos:
1º punto:
Jesús después de su cambio radical de vida se presenta en su pueblo como
"profeta del Reino de Dios"
2º punto:
Además remueve las conciencias religiosas tradicionales con la pretensión de un
cambio.
3º punto: A
nosotros los lectores, con nuestra propia tradición religiosa igualmente el
evangelio remueve y escandaliza a quienes "se cierran" a la Palabra
que invita a dejar seguridades y a abrirse a la novedad de Dios.
4º punto: La
vida cristiana conlleva de alguna manera, en la vocación de cada uno un
elemento profético que generando autocritica personal y comunitaria nos lleva a
crecer y madurar en la fe.
5º punto: Se
trata de pasar de una fe concebida desde un plano racional o de ideas
espirituales al plano de la conciencia experiencia y profética de la fe vivida
desde el corazón.
Marcelino Sánchez sj