Continuamos leyendo a Mateo siguiendo los textos
de parábolas, Jesús dialogando en Jerusalén con los discípulos en el contexto
reflexión escatológica del esperado Reino de Dios.
Se trata de la parábola de los talentos.
La finalidad de la enseñanza del género parabólico
es extraer una moraleja. El mismo texto al final trae una moraleja, puesta
en boca del hombre que ha contratado a sus empleados. Es necesario remarcar que
se trata del género literario apocalíptico y escatológico.
¿Era esa la intencionalidad propia de Jesús o lo
que él hace es recoger la parábola tal cual está dicha popularmente?
De una lectura alegórica de la parábola podemos
deducir una serie de puntos de enseñanza:
1º Los seres humanos recibimos de Dios unos dones,
cualidades o carismas.
2º Esos dones, obviamente, son para ponerlos en
desarrollo y práctica en la vida.
3º Que cada uno, según sus características
personales, desarrolla específicamente sus dones.
4º Dichos dones, también obviamente, son para
ponerlos al servicio de los demás, de la comunidad.
5º Pero, hay personas que se enrocan sobre sí
mismas y no ponen en práctica en su vida dichos dones.
Finalmente se extraería de la parábola que sólo a
Dios corresponde el juicio sobre las personas.
Por la actitud de Jesús, demostrada en los hechos
suyos en el resto del evangelio, él no quiere condenar a nadie, sino salvar a
todos.
Por ello descubrimos en el texto una finalidad
exhortativa a trabajar por el Reino de Dios poniendo en práctica los talentos
de cada uno según sus propias capacidades.
No se trata de un texto dogmático en el cual se
diga qué va a ocurrir con la humanidad creyente o no creyente.
Jesús diría hoy: Se necesitan personas y comunidades vivas,
ilusionadas, con iniciativas y corresponsables.
Marcelino
Sánchez sj