
Hoy en día está de moda regalar experiencias, porque al hacerlo sentimos que estamos cumpliendo una ilusión o algo que le puede quedar por vivir a esa persona que queremos. Las hay de todo tipo: de bienestar, gastronomía, aventura, escapada e incluso multitemáticas, ¡un poquito de todo por si no sabes muy bien cómo acertar! Una vez te la regalan hay que elegir las fechas y el lugar que te venga bien y tienes un plazo de días para “gastarla”, o mejor dicho para “vivirla”.
Bueno, pues este verano yo me he
sentido privilegiada, porque Dios me ha regalado dos experiencias inolvidables
en el mismo entorno: Salamanca. No hacía falta elegir el lugar y las fechas,
pues Él ya lo había pensado todo para mí. Y por supuesto, no pasaba nada por
repetir ciudad, pues lo de menos es lo que me regalaba, y lo de más es que al
hacerlo me decía: “me importas, quiero tu felicidad” y por eso te las regalo.
Y como cuando algo de verdad te
gusta, y sientes que te ha llenado, corres a contarlo a otros porque quieres
contagiar la ilusión por la satisfacción de lo vivido… por eso escribo estas líneas
para invitaros a todos a vivir estas experiencias de universalidad y que ayudan
a construir Cuerpo como CVX.
Gracias a todos con los que he
tenido la oportunidad de compartir tanto este verano y gracias especialmente al
Consejo ejecutivo de CVX-E por propiciarlo. Mi oración para todos vosotros.
Ana, CVX- Madre de Dios en Jerez