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Va….!
Y comienza la vorágine de pensamientos a fluir por nuestra
cabeza. No necesitan mayor estímulo,
simplemente surgen y llenan nuestra mente de ideas de todo tipo. Ahí se
entremezclan las inseguridades y los
temores con el optimismo y la confianza, luchando cada cual por ser el
preponderante.
Que si puedo, que si nunca lo lograré.
Que si soy lo máximo,
que si nada me sale bien.
Que lo que hago pasa desapercibido, que esta vez sí que me
lucí.
Que todo lo que hice fue en vano, que valió la pena el
esfuerzo.
Y así, siempre contradictorios, siempre encontrados, siempre
claros y oscuros a la vez.
Algunos muy sensatos
y otros completamente disparatados; hay de los que logran inflarte como un pavo real, y otros que por el
contrario te empequeñecen cual ratoncillo asustado.
Todo el día en constante movimiento, bullicio interno que
difícilmente podemos apaciguar, siempre en actividad, siempre en
discrepancia.
Extraído de Atrévete a sonreir...