Queremos
compartir con todos cómo fue nuestra última sesión del Seminario de
Espiritualidad Ignaciana de este curso. Ésta ha sido para comentar y debatir el
artículo que versa sobre los laicos y los jesuitas. Cuaderno nº 67
La espiritualidad ignaciana como ayuda en la dificultad. Darío
Mollá, sj.
Se
comenzó con una lluvia de ideas sobre la impresión general de la
lectura del documento. Se dijo que es un texto vivencial aplicable a
la vida, que es útil para hacer revisión personal, que también
hubiese sido bueno haberlo leído antes, que ha sido ayuda en el
proceso personal, que hace reflejar la vida personal.
Sobre
las llamadas "dificultades añadidas" se constataba que la
fe si se quiere vivir a fondo sencillamente "complica" la
vida. Evidenciamos que intentar vivir el ideal cristiano en la
estructuras reales nos "complica" la existencia. También
por incomprensión de gente cercana o falta de entendimiento entre
unos y otros (vg. sacerdotes y laicos). Pero también decimos por lo
mismo que hay que hacer sana autocrítica y sospecha de nuestra
propia posición. Por otra parte la propia incoherencia personal
supone una dificultad
Después
pasamos a expresar una serie de pinceladas sobre las respuestas
negativas que frecuentemente ocasionan las dificultades: La
confrontación, el abandono, el aislamiento, la soledad, la huída,
la desconfianza, el pesimismo, o actitudes como "balones fuera",
etc.
Tras
ello incidimos en los aspectos positivos que conlleva el afrontar las
dificultades: La perseverancia, la confianza, el diálogo, la oración
o meditación más interiorizante, la memoria agradecida, la
integración, el discernimiento, el examen, la fe como sentido global
de vida, el saber afrontar maduramente las dificultades, etc.
Respecto
a las "pruebas" ignacianas como de "laboratorio"
para entrenarse ante las dificultades se consideró que pueden ser
muy importantes de cara a la maduración de la persona y el vivir en
contacto con la realidad dura de la vida. Es decir que la experiencia
de Dios siempre ha de confrontarse con la realidad propia vivida:
vida matrimonial, profesional, sacerdotal o religiosa y aplicar
siempre la sospecha. Pero intentando que las experiencias o
probaciones sean siempre reales, no ficticias.
Tradicionalmente
se ha dicho que la espiritualidad ignaciana es voluntarista. Pero en
realidad no es tanto sino por una interpretación errónea. Ignacio
tiene muchísimos textos en que alude a la gracia: "ayuda y
favor de Dios" como fundamento de su vocación.
La
espiritualidad ignaciana es trabajar en el abandono y confianza y
estar en búsqueda constante.
Finalmente
cada uno de los presentes con una frase corta resumió su impresión
del artículo: el amor de Dios acoge nuestra debilidad, dar gracias y
pedir ayuda en adelante, permanecer firmes en la certeza del amor de
Dios, etc.
Para
el futuro se decidió seguir el próximo año. Se buscarán temas de
cuadernos Eides y Cristianismo y Justicia así como algunas voces,
que sean interesantes del libro Diccionario de espiritualidad
ignaciana editado en la Colección Manresa. También se habló de la
posibilidad de ofertar retiros, de fin de semana o al menos de sábado
completo en la casa del Puerto que sirvan como para una iniciación
en Ejercicios E. y discernimiento práctico espiritual.
Marcelino Sánchez, sj.