En
los primeros siglos del cristianismo, los primitivos cristianos de
lengua griega acostumbraban llamar a la Santísima Virgen con el nombre
de Auxiliadora. El primero que llamó a la Virgen María con este título,
fue San Juan Crisóstomo, en Constantinopla, en al año 345: “Tú, María,
eres auxilio potentísimo de Dios”.
Don Bosco sería siglos después, el gran impulsor de la devoción y el cariño a María Auxiliadora.
Exactamente
en 1862, en plena madurez cuando hace la opción mariana definitiva:
Auxiliadora. "La Virgen quiere que la honremos con el título de
Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos
necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe
cristiana".
Desde
esta fecha el título de Auxiliadora aparece en la vida de Don Bosco y
en su obra como "central y sintetizador". La Auxiliadora es la visión
propia que Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de
María, la experiencia de su propia vida y la de sus jóvenes salesianos, y
su experiencia eclesial le hacer percibir a María como "Auxiliadora del
Pueblo de Dios".
Hoy, salesianos y salesianas, fieles al espíritu de sus fundadores y a través de las diversas obras que llevan entre manos siguen proponiendo como ejemplo, amparo y estímulo en la evangelización de los pueblos el auxilio que viene de Santa María.
Nos unimos en este 24 de Mayo tan especial, al sentir de nuestros hermanos salesianos, especialmente a los de nuestro barrio, del colegio Oratorio Festivo.