Es bonito
este día cuando en casa ya se ha hablado de la importancia del
Sacramento de la Reconciliación, esto hace que la inocencia de los
niños aparezca como por arte de magia para recibir este
acontecimiento con la importancia que merece.
Hay mucha
diferencia en ser consciente de lo que significa para un niño o niña
de 9 añitos recibir por primera vez a un Dios que le perdona sus
errores y que le espera con el corazón ensanchado el día de su
primera comunión.
Quizás en
estos tiempos para algunas personas sea extraño todo esto, pero en
nuestra familia, queríamos que estos días fueran especiales para
nuestro hijo, no precisamente por grandes fiestas, vestidos o
regalos.
El 30 de
Abril en la parroquia de Madre de Dios, el Padre Marcelino junto con
el equipo de catequistas que con tanta entrega y emoción vuelcan su
fe y su tiempo en nuestros hijos e hijas, daban comienzo al acto de
reconciliación con la lectura del evangelio y un bonito mensaje de
un papá y una mamá, donde también comunicaban sus errores como
padres y su perdón a ellos, así como Dios nos perdona a todos.
Como momentos
importantes destacaría dos de ellos, en primer lugar la sencillez en
la confesión a los niños, donde el sacerdote les preguntaba por su
nombre y si se arrepentía de sus errores, seguro que nuestro Dios
también se acercaría hoy día con sencillez y el mismo cariño a
ellos. Fue bonito verlos a todos salir sonriendo a pesar de los
nervios que guardaban en su interior.
Otro momento
fue la imposición de la cruz que le acompañará el día de su 1ª
Comunión y que guardarán para siempre, una cruz que fue entregada
por la catequista y por los padres con un fuerte beso cargado de amor
y emoción.
Quería
con este escrito, dar las gracias a las catequistas y al Padre
Marcelino, pues realmente son personas de Dios en nuestras vidas, y
eso es un bonito mensaje del evangelio que hacen realidad en el
encuentro con nuestros hijos e hijas.
Una mamá