viernes, 8 de diciembre de 2017

Adviento

Mi espíritu y mi corazón están alerta como los ojos del centinela. Estoy esperando. Te busco, Señor. Estoy en vela. ¡Es adviento! 
Te busco en la oración y Tú me abres, Señor, como un amigo siempre presente, cuando se llama a la puerta. 
Te busco en el Evangelio y Tú te acercas, Señor, como un amigo siempre presente, cuando se le pide luz para atravesar la noche. 
Te busco en la Eucaristía, con mis hermanos, y por tu Palabra y tu Pan vienes a mí, Señor, como un amigo siempre dispuesto a ofrecer lo mejor que tiene. 
Te buscamos cada día y te vemos, Señor, donde se siembra la alegría, donde se elimina la mentira, donde se suprime la injusticia. 
Para encontrarte, Señor, ¡hay que estar en vela! Tú estás a la puerta y llamas. Llamas al espíritu y al corazón. AMÉN


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