martes, 7 de junio de 2016

Demasiado cerca

«Acudid a mí, los que andáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy tolerante y humilde de corazón, y os sentiréis aliviados.» (Mt 11, 28)

La virtud está en el término medio, que decían los clásicos.


Cuando te sitúas excesivamente cerca de una realidad, sucede que pierdes perspectiva y horizonte. Si pegas la nariz a un cuadro lo verás como una mancha indefinida y multicolor. Sin embargo, alejándote un poco podrás percibir la increíble belleza de las formas y los matices. De esta manera, las situaciones y tareas cotidianas también necesitan ser dibujadas desde la justa cercanía. Y de esta manera, la zona de habitabilidad llegará a cada cosa y posibilitará que la vida fluya armoniosamente.

Lo mismo acontece con las personas; cuando te sitúas demasiado cerca o te implicas en exceso, hay peligro de agobiar, quitar libertad, condicionar, manipular y crear dependencias insanas que recortan la vitalidad y la energía del otro.

¿Cómo vivo mi implicación y cercanía en mis relaciones y en mis tareas?
¿Tomo perspectiva ante las situaciones diarias?

pastoralsj.org