lunes, 23 de mayo de 2016

Disfrutemos de este triple regalo... Trinidad

Padre, Hijo y Espíritu son regalo. Puro regalo. El Padre se regala en el Hijo. El Hijo se nos da en el Espíritu.

La Trinidad es regalo. Dios mismo se nos dona, se nos regala, se nos ofrece. El regalo de Dios es la sonrisa del mundo. ¿Qué haría el mundo sin el Amor que viene del regalo que es el propio Dios?

Desde que hacemos la señal de la cruz por la mañana hasta el anochecer, ¡cuántos actos casi desapercibidos que vivimos inmersos en la corriente amorosa de la Trinidad!

Dios es comunidad. El amor en Dios es compartido generosamente con su Iglesia!!!! 

En ese regalo del Dios que se regala, también nosotros, como miembros de la Iglesia, hemos de ser un regalo para los demás, no un “regalito”, sino regalo en toda su dimensión.
Disfrutemos esta semana de la fiesta del Amor que no se termina, porque quien se dona por completo, al estilo de la Trinidad santa, termina por no tener fin. Conectados al Amor inagotable la vida tiene otro color.